Un enfoque moderno de las teorías de inversión, y que puede ser muy adecuado para la gestión de sus criptoactivos, es el Modelo de Valoración de Activos de Capital (CAPM). Basado en dos tipos clave de inversiones, sistemáticas y no sistemáticas, este modelo va más allá de la diversificación para gestionar el riesgo. Siga leyendo para saber cómo.
El Modelo de Valoración de Activos de Capital – Construir una cartera más allá de la diversificación
A partir de la introducción a la teoría moderna de carteras, Jack Treynor, William Sharpe y algunos otros introdujeron el Modelo de valoración de activos de capital (CAPM). El CAPM divide el riesgo de inversión en dos tipos: sistemático y no sistemático. Esta teoría profundiza en cómo la diversificación no siempre puede ser la respuesta al riesgo y la fluctuación del mercado.
- El riesgo sistemático es el riesgo al que están sometidas todas las inversiones, independientemente de la diversificación de una cartera. Por ejemplo, las recesiones, las guerras y las catástrofes naturales son ejemplos de riesgo sistemático que no puede evitar ningún inversor que invierta en un activo de riesgo.
- El riesgo no sistemático, también conocido como riesgo idiosincrático o específico, se refiere a cualquier activo individual de riesgo. Normalmente, se trata de riesgos aislados de ese activo en concreto, por ejemplo, el riesgo de un mal informe de beneficios de una acción o la utilidad de una criptomoneda concreta.
La teoría moderna de carteras demuestra que el riesgo puede eliminarse mediante la diversificación. Sin embargo, la diversificación no resuelve el problema del riesgo sistemático. Aunque posea todas y cada una de las acciones o criptomonedas, su cartera seguirá fluctuando a medida que el mercado suba o baje.
Posteriormente, el CAPM describe la relación entre el riesgo sistemático y la rentabilidad esperada de los activos de riesgo, en particular las acciones. La fórmula es la siguiente:
Esto significa que, a largo plazo, la rentabilidad de un activo concreto debería ser función de su riesgo (beta), del tipo sin riesgo y de la rentabilidad esperada del mercado en su conjunto. Sí, aplicar esta teoría a la criptoinversión es difícil, pero hay un concepto que nos gustaría que se llevara.
La métrica beta
La beta es una métrica útil que mide el riesgo de un activo en relación con el mercado en general. A diferencia de la correlación, beta no está limitada entre -1 y 1. Mientras que la correlación sólo mide la relación relativa entre dos activos, la beta mide la sensibilidad de esta relación. Por ejemplo, se esperaría que un token con una beta de 1,5 respecto al bit coin se moviera un 15% cuando el precio del bitcoin se moviera un 10%.
La beta puede calcularse, al igual que la correlación, utilizando una hoja de cálculo. La fórmula de beta es la covarianza de dos conjuntos de datos dividida por la varianza del mercado subyacente (en el caso de las criptomonedas, podemos utilizar algún índice de mercado o simplemente los movimientos de precios del bitcoin).
Limitaciones de la teoría moderna de la cartera y del CAPM
Por muy útiles que sean los conceptos de la teoría moderna de carteras (TMP), su uso a la hora de tomar decisiones de inversión cotidianas presenta algunas limitaciones.
¿La volatilidad como medida del riesgo? No tan rápido, mi amigo inversor
Uno de los supuestos de la MPT es que la volatilidad es sinónimo de riesgo. La volatilidad se utiliza ampliamente en la gestión de carteras y supone que los rendimientos de los precios de los activos siguen una distribución normal.
La teoría supone que las fluctuaciones excepcionalmente grandes de los precios son muy poco frecuentes. ¿Recuerda que sólo se espera que se produzcan movimientos de tres desviaciones estándar el 0,3% de las veces? Pues bien, tomando los movimientos diarios del precio del bitcoin que se remontan a 2014, hemos observado 37 movimientos diarios superiores a tres desviaciones estándar en 2162 días, lo que viene a ser un 1,7%, ¡casi seis veces la frecuencia esperada!
En realidad, los rendimientos del mercado no siguen una distribución normal. En cambio, existe lo que se denomina riesgo de “cola gorda“, en el que los movimientos extremos de los precios se producen con mucha más frecuencia de lo esperado. Esto significa que técnicas como la MPT subestiman sistemáticamente el potencial de pérdidas de su cartera. Debe tener esto en cuenta a la hora de tomar sus decisiones de inversión.
Por esta razón, algunos gestores de cartera prefieren utilizar la volatilidad a la baja como medida de riesgo, ya que sólo se preocupan por la volatilidad de un activo cuando su precio está bajando. Después de todo, ninguna persona en su sano juicio se quejaría de que un activo cuyo precio sólo sube es demasiado volátil. El ratio Sortino de una inversión es su rentabilidad dividida por la volatilidad de su rentabilidad negativa, en lugar del ratio Sharpe, que utiliza la volatilidad global en su denominador.
También existen muchos otros tipos de métricas de riesgo, como el valor en riesgo (VaR), el riesgo de drawdown, la expectativa de cola condicional (CTE), entre otros.
Las cosas se mueven: La inestabilidad de las correlaciones de activos y la beta a lo largo del tiempo
Otra crítica a estas técnicas de gestión de carteras es que todas ellas asumen que la correlación y la beta entre activos son predecibles a largo plazo utilizando datos históricos. Sin embargo, hay muchas pruebas empíricas que sugieren lo contrario.
Dos activos que históricamente no han estado correlacionados pueden de repente correlacionarse debido a una confluencia de factores comunes que lleve a ambos a venderse juntos. Por ejemplo, durante la crisis financiera de 2008, la mayoría de las acciones se desplomaron juntas, independientemente del sector o el país. Los inversores que creían mantener una cartera de valores diversificada y descorrelacionada sufrieron graves pérdidas a pesar de sus esfuerzos por diversificar la cartera.
Este tipo de experiencia puede aplicarse directamente al comercio de criptomonedas. Durante las ventas a gran escala de bitcoin o Ethereum, el pánico del mercado tiende a extenderse a todas las criptomonedas. Incluso los tokens con buenas utilidades o fundamentos pueden decaer junto con el mercado en general. Por esta razón, tiene sentido mantenerse alerta al invertir en criptomonedas e invertir también en otras clases de activos para diversificar los riesgos.
Dónde invertir
A pesar de los problemas que hemos descrito anteriormente, es posible abordar algunas de las críticas a la teoría moderna de carteras, como se analiza en un artículo reciente. La solución está en ajustar la metodología. Se han desarrollado muchas técnicas alternativas para hacer que estas teorías sean más sólidas, como la teoría posmoderna de carteras, el modelo Fama-French y muchas más.
No obstante, la simple comprensión de los conceptos básicos de volatilidad, diversificación y correlación puede añadir mucho valor a sus inversiones y operaciones.